No sé si has notado que nuestra atención es un bien en alza, que cada vez hay un número mayor de aplicaciones y medios que compiten para conseguir que les dediquemos nuestro tiempo. Así que es normal que en ocasiones sintamos saturación -e incluso agotamiento- por la invasión del ruido, las imágenes o las palabras.
La pregunta es: ¿qué hacemos al respecto?
Desconectar de nuestros dispositivos para conectar con nosotros mismos a través del contacto con la naturaleza, pasar tiempo de calidad con familia y amigos, realizar movimientos conscientes, meditar, una buena lectura, escribir, cocinar…son algunas opciones que nos ayudan a restablecer el equilibrio.
Y otra opción es participar en un retiro de mindfulness y silencio.
Aunque un retiro pueda parecer una experiencia individual, en realidad es una experiencia que requiere de un grupo comprometido con la práctica, de un entorno favorable y de profesores que ofrezcan las instrucciones y enseñanzas desde su estudio y experiencia.
Desde 2014, invitamos a Patricia Genoud a guiar retiros de mindfulness y silencio. Al principio, nuestras propuestas de retiro no tenían un tema específico, pero con el tiempo, se fue formando una comunidad de personas que atendían año tras año a nuestros retiros y decidimos proponer un tema para cada retiro que fuera transversal para las enseñanzas de manera que pudiéramos ir profundizando en el conocimiento del dharma: las cuatro nobles verdades, las tres marcas de la existencia, los siete factores del despertar… y otros, han sido temas que hemos ido proponiendo.
Aprovechando una visita que Patricia y su marido hicieron a Toledo hace unas semanas, me desplacé a esta maravillosa ciudad para encontrar a mis amigos y maestros. Desde la terraza de su apartamento en el casco antiguo, con la catedral y las antiguas tejas como escenario de fondo, tuvimos una conversación sobre lo que para nosotras son las claves que hacen de un retiro una experiencia transformadora. Tengo bellas memorias de este encuentro.
Unos días después de nuestra cita, pedí a Patricia que me enviara unas palabras sobre su experiencia enseñando retiros y juntas compusimos un breve mensaje para anunciar el retiro presencial que ofreceremos juntas del 3 al 8 de septiembre en Madrid.
En este artículo me gustaría elaborar un poco más lo que enviamos en la campaña sobre lo que nos parece que son claves para que la experiencia de retiro resulte transformadora.
Un “buen retiro”:
Nos permite apartarnos de las actividades profesionales, sociales o familiares durante un determinado número de días. Más allá de los roles que ejercemos en la sociedad o en la familia, abrimos un espacio para poder indagar sobre el sentido de nuestra existencia. Volver a preguntarnos ¿Quién soy? Y dejar que esas primeras respuestas que surgen – a menudo de forma automática- cuando alguien nos hace esta pregunta, tengan su espacio. Y volver a preguntarnos. Y volver a escuchar. Incluso si lo que emerge es el silencio, escuchar, permitir… Y volver a preguntarnos.
Es una oportunidad para conectar con la dimensión espiritual de nuestro ser y experimentarla conscientemente. Aunque esta dimensión más sutil es tan importante, por lo general no es urgente. Y es bueno que no lo sea, porque cuando lo es, puede que estemos viviendo una crisis existencial. Y no hace falta estar en crisis para elegir hacer un retiro. Mejor no esperar a que vuelque el barco para aprender a nadar. Pero si estás ya en el agua, lo mejor es respirar, flotar, y dejarnos guiar hacia un puerto seguro.
Implica vivir de forma sencilla y enriquecedora mediante una agenda en la que abundan las enseñanzas y las meditaciones guiadas o en silencio. Una de las maravillas de participar en un retiro de mindfulness y silencio “guiado por maestros” es el poder delegar por completo nuestra agenda durante unos días. Esto puede darnos un poco de vértigo al principio y hemos de permitir que el proceso del retiro se vaya asentando. Nosotras recomendamos a los participantes que apaguen los teléfonos móviles, si esto posible. Los participantes que eligen hacerlo, pueden dar el número de móvil del centro y de las profesoras a sus familiares, para que en caso de necesidad puedan ponerse en contacto con ellos. Yo hago varios retiros de silencio al año como participante y siempre apago el teléfono. Además de evitar la tentación tan automática de “mirar el móvil” y dejarme arrastrar por el mar de distracciones que le sigue a este gesto, el desconectar de los dispositivos electrónicos me permite “dejarme llevar” y simplemente seguir la agenda: despertarme y presentarme en la sala de meditación cuando suenen las campanillas por la mañana, seguir las instrucciones de las prácticas lo mejor que pueda, pasear, contemplar la naturaleza, moverme y cuidar mi cuerpo y mi mente sin interrupciones innecesarias, profundizar en la indagación sobre algún patrón de comportamiento que require toda mi atención y experimentar cómo es vivir sin tanta necesidad de controlar. Dejando que la sencillez del momento presente abra espacio para lo profundo que ya habita en mi, para que pueda respirar y expresarse a oídos y ojos que escuchan y ven con el corazón.
Hace que el tiempo compartido con las profesoras y con el grupo enriquezca nuestra comprensión y nuestra experiencia directa de la práctica de la meditación. Un retiro de mindfulness y silencio es una experiencia grupal. Aunque no haya conversaciones cruzadas, desde la quietud de la mente y la tranquilidad del cuerpo podemos compartir la presencia. Es bastante común que al terminar un retiro, las personas compartan con el grupo que, aunque no saben mucho sobre la biografía de sus compañeros sienten que les conocen profundamente, desde un lugar silencioso e íntimo. Hay ocasiones en los que la mera presencia de una persona es la maestra. Y a veces somos nosotras las que inspiramos a los demás para perseverar y seguir su propósito. Los participantes del retiro formamos parte de un todo que se conecta consigo mismo para conocerse y que requiere de todos y de cada uno de nosotros.
Muchas veces me he preguntado qué es lo que compartimos cuando meditamos en comunidad, qué es eso que hace que aunque no hablemos o no nos miremos mucho, nos hace sentir que estamos “en comunión”, que estamos juntos… No tengo una única respuesta pero tengo la intuición de que sobretodo, se trata de nuestra intención común, eso es lo que nos une lo sepamos o no y es lo que nos hace sentir que no estamos solos, sino bien acompañados.
Ofrece un entorno favorable para poner en práctica las enseñanzas a lo largo del día. Más allá de las sentadas o caminatas conscientes, a lo largo del día hay muchas oportunidades para llevar a la práctica los temas que estamos investigando en nuestras sentadas y con las enseñanzas. Uno de mis lugares favoritos para poner en práctica lo que voy aprendiendo es en el comedor: algo tan aparentemente banal como si te estás apresurando para ser la primera en la cola, o si te quedas paseando y quieres ser de las últimas – y por qué lo haces- son cuestiones que pasan desapercibidas cuando la agenda es apretada pero que en el contexto de un retiro pueden ser el reflejo de cómo nos relacionamos con la espera, con la comida o con los demás y pueden aportar no solo una valiosa información sobre nosotras mismas sino también puede suponer una oportunidad de elegir con mayor libertad una nueva manera de ser y estar es estas situaciones.
Permite profundizar en la comprensión del vínculo de nuestra historia personal con la dimensión universal de la existencia. Uno de los momentos más esperados en la agenda de un día de retiro es la charla del dharma. A menudo no es la primera vez que hemos leído o escuchado esa enseñanza, pero sin duda, cada vez que la recibimos nuestra percepción del tema es nueva y, por lo general, en un contexto de retiro, disponemos de mayor claridad y espacio para ampliar nuestra perspectiva, y para cuestionar y reflexionar sobre el tema desde una nueva mirada. La universalidad de la mente errante y cómo entrenarla, el sufrimiento, sus causas y qué actitudes internas y comportamientos hacen que nuestro sufrimiento aumente o disminuya. Las cualidades que cultivamos durante las prácticas, tales como la paciencia, la amabilidad y la mente de aprendiz, entre otras, nos permiten llegar a comprensiones profundas sobre cómo contribuimos a crear resultados que no deseamos en nuestras relaciones o proyectos de vida. Y elegir comprometernos a aliviar y reducir nuestro propio sufrimiento y el de los demás.
Crea condiciones que permiten que emerja libremente la dimensión del “simplemente ser”, esa parte de nosotros mismos que por norma general tan poco espacio tiene en el quehacer del día a día, y que tal vez ni siquiera sabíamos que existía. Tan importante es reconocer las intenciones que nos han traído a un retiro como el permitirnos soltar esas mismas intenciones para poder vivir el despliegue de cada momento, sin tener que sacarle provecho a una práctica, o a un día de prácticas o al retiro mismo. De lo contrario, corremos el riesgo de quedarnos en el “modo hacer” tan necesario y habitual en el día a día y tan poco útil en el terreno del ser. Hay una cita que me gusta ofrecer durante el día completo de prácticas del programa MBSR porque describe de una manera bella y rotunda la actitud que nos puede permitir relajarnos en la práctica y descansar en ella. Aquí la pongo:
“No medites para arreglar algo en ti o para curarte, no medites para mejorarte; en su lugar, hazlo como un acto de amor. Así ya no habrá sitio para esa agresión sutil que es mejorarse a uno mismo, ni para esa culpa interminable de no hacer lo suficiente. Así tendremos la posibilidad de terminar con esa actitud de esforzarnos demasiado que encoge la vida de tanta gente en un nudo. En su lugar, medita como un acto de amor.” – Bob Sharples
En definitiva, en un buen retiro, experimentamos una vida comunitaria silenciosa en la que cada persona, en interdependencia con las demás, puede enriquecerse y sentir una alegría natural de vivir juntos en la sencillez. Y -citando a Jon Kabat Zinn-, ofrecer al mundo nuestra práctica como un “gesto radical de amor y compasión”.
Más información sobre nuestras propuestas para los retiros en esta página.